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Optimismo y mentalidad de crecimiento

Aprender a programar es difícil. La mayoría de la programación no requiere ser bueno en matemáticas, ni tener un cerebro especial; requiere mucha práctica. Aprender un nuevo lenguaje de programación es parecido a aprender un nuevo instrumento, o un nuevo idioma. Existen diferentes niveles de destreza. Pero así como no es necesario estudiar literatura para aprender un idioma, ni música para aprender un instrumento, no es necesario estudiar ingeniería de sistemas o ciencias de la computación para aprender a programar.

Recuerda que la mayor barrera para aprender a programar es emocional, no intelectual. Pero ¿Cómo manejar la frustración? ¿Cómo mantener la motivación?

Optimismo aprendido

Una de las cualidades más importantes del programador es ser optimista antes los obstáculos y las dificultades. El programador sabe que eventualmente va a solucionar el problema, no importa cuánto tiempo le tome. Eso nos lleva a las preguntas: ¿Qué tan optimista eres? y ¿Es posible aprender a ser optimista?

Martin Seligman ha estudiado el optimismo (y el pesimismo) por más de 30 años. En su libro “Learned Optimism” explica que el estilo que utilizamos para explicar los eventos buenos y malos que nos ocurren determina que tan optimistas (o pesismistas) somos. Tu estilo es pesimista si piensas en las malas cosas como algo permanente, generalizado, y personal (“siempre se me olvida …”, “nunca voy a poder …”). Tu estilo es optimista si las piensas de modo momentáneo, específico, y externo (“últimamente se me olvida …”, “todavía no puedo …”).

Para mejorar tu estilo de explicación, elimina pensamientos y frases como “yo no sirvo para esto” o “nunca voy a poder”. Si algo no te funciona di en voz alta “eventualmente lo solucionaré” o “aún no veo el problema”. Si no entiendes algún concepto di frases como “eventualmente lo entenderé”, o “esa explicación no fue la mejor”. Si entiendes algún tema o superas algún reto di frases como “estoy empezando a pensar como un programador”, “definitivamente nací para esto”, o “nada me queda grande”.

¿Encuentras algún patrón en las frases anteriores? La idea es la siguiente.

Si el evento es malo (no entendiste un concepto, o algo no funciona):

  • No lo hagas permanente en el tiempo. Cambia “nunca voy a poder” por “eventualmente lo solucionaré”.
  • No lo generalices. Cambia “no entiendo nada” por “este concepto se me está dificultando”.
  • No lo hagas personal. Cambia “yo no sirvo para esto” por “esa explicación no fue la mejor”.

Si el evento fue bueno (entendiste el concepto, o lograste completar un reto):

  • Hazlo permanente en el tiempo. Cambia “que suerte tuve hoy” por “siempre logro las cosas cuando me las propongo”.
  • Generalízalo. Cambia “casi que no” por “no me dejo vencer fácilmente”.
  • Hazlo personal. Cambia “los astros se alinearon para que lo lograra” por “estoy empezando a pensar como programador”.

Mentalidad de crecimiento

¿Con cuál de los siguientes pensamientos llegabas a un examen en el colegio o la universidad? “Esta es una excelente oportunidad para validar lo que he aprendido y reforzar mis conocimientos” o “¡Ojalá no lo pierda!”.

Las personas con mentalidad de crecimiento ven los retos (un examen en la universidad, un nuevo empleo, hablar en público) como oportunidades de aprendizaje y crecimiento personal. Las personas con mentalidad fija, por el contrario, los ven como situaciones en donde su inteligencia y habilidades serán puestas a prueba.

La mentalidad de crecimiento es un concepto desarrollado por Carol Dweck y publicado en su libro: “Mentalidad: La Sicología del Éxito”. La idea que argumenta el libro es que hay personas que creen que su inteligencia, sus habilidades, y sus talentos son características fijas; mientras otras creen que estas características pueden ser desarrolladas a través de la práctica, el aprendizaje, y la determinación.

Es fácil identificar las personas con mentalidad fija. Son personas que no les gusta salir de su zona de comfort, le temen al fracaso, y esporádicamente se les escucha frases como “yo soy así”, “yo no sirvo para eso”, o “no nací con ese chip”.

La pregunta es entonces: ¿Es posible pasar de una mentalidad fija a una mentalidad de crecimiento? ¡Definitivamente! Y la forma de hacerlo es a través del optimismo aprendido. Si tienes una mentalidad fija imprime frases como “puedo aprender cualquier cosa”, “puedo aprender a programar, solo necesito dedicación, práctica, y paciencia”, o “los retos son oportunidades de aprendizaje y crecimiento”. Pégalas es un lugar visible y repítelas todos los días. El objetivo es romper esa barrera emocional.

Muchas personas creen que la programación es un talento innato. No existe tal cosa. Es cierto que hay personas a las que se les facilita más que a otras, pero el esfuerzo y la determinación lo son todo a la hora de aprender a programar. Es más, creer que la programación se te facilita es la receta perfecta para crear una mentalidad fija. Intenta evitarla concentrándote en el esfuerzo y la disciplina.

Recuerda que uno solo fracasa cuando lo deja de intentar.

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